Historia de Venecia

Nacimiento del Estado

Venetia designa ya en el siglo I aC una región administrativa del imperio romano aunque se desconoce el momento inicial de esta ciudad-puerto. La ciudad de Venecia se extiende sobre una serie de 119 islas que emergen de una amplia laguna situada entre la tierra firme y el mar abierto.

Hasta su fundación estaba habitada por unos pocos habitantes ilirios y venetos que vivían sobre el agua de la laguna en palafitos subsistiendo de la pesca y de la extracción de sal.

Cabe aceptar que la importancia del asentamiento se inicie en el siglo V cuando la presión de ostrogodos y lombardos que afluyen por el norte de la península obligue a la población del territorio a refugiarse en estas tierras pantanosas de la desembocadura del río Po.

La laguna se mantiene bajo la influencia de Bizancio, que en ocasiones ha tenido que acudir con su flota para defenderla de invasiones de los francos.

El año 828 mercaderes venecianos traen a la ciudad lagunar desde Alejandría el cuerpo de Marcos Evangelista y el león, el emblema del nuevo santo patrón, pasa a ser icono y estímulo de su independencia. Se establecen instituciones permanentes de gobierno y a principios del siglo X nace la ciudad estado de Venecia que devendría en potencia mediterránea y permanecería como república independiente hasta el final del siglo XVIII.


Potencia económica y política


Venecia presta apoyo al imperio bizantino en su lucha contra el Islam y los normandos y a cambio logra privilegios para el comercio en oriente.

También obtiene beneficios en el apoyo logístico a las sucesivas cruzadas que tienen lugar en el siglo XII, con provisión de navíos, financiación o víveres.

En 1204 tiene protagonismo en la toma de Constantinopla por los soldados de la cuarta cruzada, aunque en 1261 los emperadores bizantinos destronados reconquistan la capital del imperio con ayuda de Génova y Venecia pierde parte de sus privilegios en oriente.

En una época en la que prosperan en Italia las ciudades libres las familias ricas de Venecia se resisten a aceptar la autoridad casi monárquica del dux pero los conflictos con Génova y Constantinopla fuerzan la cohesión interna y suponen finalmente a principios del siglo XIII la consolidación del poder de la nobleza en el Gran Consejo que rige los destinos de la ciudad.

El siglo XIV supone para Venecia una época de dificultades. La peste negra de 1348 se lleva a la mitad de la población y este debilitamiento permite a los señores del entorno arrebatarle territorios y recrudece el ancestral antagonismo de Génova que se ha aliado con Florencia, Padua y Hungría - que se anexiona Dalmacia –.

En 1381 firma en Turín un tratado de paz con Génova, debilitada por conflictos de poder internos, y restablece su hegemonía en el Adriático que se convierte en el “mar veneciano”.

El apogeo de Venecia alcanzó su cénit en el siglo XV cuando los venecianos logran su expansión por Italia y las posesiones marítimas alcanzaban Chipre, Creta, islas del mar Egeo además de numerosos enclaves en los Balcanes. Las flotas venecianas mantenían activo comercio con todo el Mediterráneo, extendiendo su red de contactos mercantiles por Europa y Medio Oriente, desde Inglaterra hasta Egipto, siendo Venecia centro del comercio mundial y una de las urbes más ricas del mundo y más pobladas de Europa.

Sin embargo, la toma de Constantinopla por los turcos en 1453 marca el principio de la decadencia veneciana. La expansión naval de Portugal por la costa atlántica africana y el descubrimiento de América por España desplazan las grandes corrientes comerciales del Mediterráneo al Océano Atlántico de modo que el tráfico comercial veneciano empezó a perder importancia en Europa de modo lento pero inevitable. Además Venecia se vio obligada a sostener una lucha agotadora contra el Imperio Otomano transformado ya en potencia mundial.

En 1571 la alianza de las flotas veneciana, papal y española, logra señalada victoria sobre los turcos en la batalla de Lepanto pero no significa para Venecia la reconquista de territorios: aunque España veía un potencial aliado mediterráneo en Venecia, no estaba dispuesta a sostener con sus tropas una nueva expansión colonial veneciana.
Este declive político y territorial, que se eclipsa en parte por un extraordinario desarrollo artístico, culmina en la desaparición como república independiente en 1797, vencida por Napoleón Bonaparte, siendo cedida a Austria posteriormente.

La incorporación al joven reino de Italia se produce en 1866, cuando el rey de Italia recibe el Véneto y Venecia como precio por su apoyo a Prusia en la derrota a los austríacos.

Presente y porvenir

Hoy Venecia se conserva como un referente de arte y romanticismo, siendo uno de los centros de la tierra que concitan el interés turístico. Las aguas altas, que invaden la ciudad cada vez con mayor frecuencia y voracidad y la ruptura del equilibrio ecológico de la laguna amenazan sin embargo con acercar el final de esta gloriosa presencia en la historia.

No resulta posible su transformación en una ciudad moderna a pesar de la unión que se ha logrado con la tierra firme a través de la construcción primero de un puente ferroviario y luego de carretera. Los modernos impulsos han pasado por el desarrollo del puerto, la zona industrial del Mestre y las instalaciones balnerarias del Lido, así como la creación de magníficos eventos culturales como la Bienal o la potenciación del Carnaval.

Preocupa que esta ciudad museo, que permanece aislada y soberbiamente intacta exhibiendo su riqueza, pueda desaparecer bajo los efectos de la contaminación y el tráfico o las mareas. Es necesario preservar para el futuro la faz milenaria de su patrimonio y asegurar la permanencia de la leyenda viva de una de las ciudades con mayor resonancia de historia en el planeta